
El libro

Daniela la otra historia
Esta «otra historia» escrita sencilla y cálidamente por Adriana Strupp, introduce en un relato interesante y emotivo el preocupante tema de los trastornos alimentarios: bulimia y anorexia que han tomado en nuestro país características alarmantes.
Dra. María Luisa Ageitos
Médica Pediatra
Lic. en Salud Pública
ex presidenta de la Sociedad Argentina de Pediatría
Un libro para «darse cuenta a tiempo» y para compartir con otros mensajes de vida.
Una obra para leer, pensar y actuar.
María Clara Pecorelli
Directora del Colegio Piaget de San Isidro
MARÍA CLARA PECORELLI
Directora del Colegio Piaget de San Isidro,
Pcia. de Buenos Aires
En una época en que todas las corrientes psicológicas y educativas parecieran apuntar hacia el crecimiento personal, basándose en que todo ser humano debe sentir respeto por el otro, reconocimiento y aceptación del otro tal como es; parece hasta insólito, que como contrapartida, los medios de comunicación, a través de una publicidad perversa, contrapongan modelos de belleza exterior esteriotipada, para alcanzar el éxito en cualquier situación de la vida.
En Daniela, la otra historia, aparecen como una de las tantas consecuencias de estos dobles mensajes, dos enfermedades de cuidado: bulimia y anorexia.
Adriana Strupp con un lenguaje sencillo y claro, toca profundamente nuestra sensibilidad con este relato, pero no se queda ahí: a través de actividades para reflexionar, nos conduce hacia el concepto de prevención.
En síntesis, un libro útil, atractivo para todos aquellos que a partir de la pubertad, quieran participar y multiplicar el mensaje de la autora: lo UNICO esencialmente valioso que tenemos, en nuestra VIDA; lo educable: nuestra persona interior, para poder acceder al goce de compartir y amar, que no es otro que el de VIVIR EN PLENITUD.
María Clara Pecorelli
Directora del Colegio Piaget
de San Isidro, Pcia. de Buenos Aires
Dra. MARÍA LUISA AGEITOS
Médica Pediatra
Licenciada en Salud Pública
«Esta «otra historia» escrita sencilla y cálidamente introduce en un relato interesante y emotivo el preocupante tema de los trastornos alimentarios: bulimia y anorexia que han tomado en nuestro país características alarmantes.
Nuestros jóvenes, blanco fácil de una publicidad agresiva, no controlada y movida exclusivamente por intereses comerciales, no sólo ha incrementado el consumo de alcohol, de drogas, de sexo inseguro, de noche, si no que son incitados permanentemente a un obsesivo culto al cuerpo, que reposa la felicidad y el éxito en la figura exterior: cuanto más flaco y más alto; mejor.
Los padres, las familias, agobiadas en la lucha por la subsistencia, deben competir en la transmisión de valores con los repetidos mensajes musicalizados y a todo color de los medios masivos de comunicación: televisión, prensa escrita, radio, publicidad callejera. El amor de los padres, humanizante por excelencia, es rápidamente mediatizado por la parafernalia exterior cuando el niño progresa en su socialización y se incorpora a la escuela, al barrio, a la «barra», a la «pandilla». La familia acosada y exigida en un «debe ser» y un «dejar hacer» no siempre fáciles de equilibrar, es víctima también de la sociedad de consumo. Pero, ¿tenemos armas para resistir? Esta novela con su anexo de trabajo reflexivo, encuestas, conexión con la realidad lo intenta. El conocer y analizar es la primera etapa del modificar conductas y del resistir las exageradas presiones ambientales que atacan a los jóvenes, especialmente a las mujeres y sobre todo a las residentes en zonas urbanas.
Los docentes y los padres también podrán enriquecerse de esta lectura y quizás interactuando entre sí, darse fuerza para resistir tantos embates. El apoyo y la participación de pediatras y otros profesionales del equipo de salud puede contribuir al armado de una red de interesados y motivados padres que sean apoyo de sus hijos y estén abiertos a la comprensión y sean fuertes para resistir y puedan al mismo tiempo ser continentes efectivos y afectuosos de sus hijos y de los jóvenes de su comunidad, que siempre son un maravilloso presente y un esperanzado futuro.
La innovadora técnica de esta «novela para pensar» es pronóstico de su utilidad y por ende su seguro éxito.
Dra. María Luisa Ageitos
Médica Pediatra
Licenciada en Salud Pública
¿Qué estamos dispuestos a dar de nosotros para pertenecer, para ser aceptados por los demás?
“…Daniela: Todo hubiera dado por ser aceptada.
Todo
¡Hasta mi vida!…”
Daniela es una joven adolescente como tantos otros que movida y empujada por los comerciales y por la discriminación que sufre por ser gordita, llega a la triste conclusión que PARA SER ALGUIEN, PARA SER QUERIDA, PRIMERO TIENE QUE SER FLACA, CASO CONTRARIO ¡NO EXISTE!
En nuestra cultura de lo descartable, de lo superfluo que se nos hace imprescindible, de lo «diet», de lo «light» (perdiendo incluso nuestra identidad idiomática), Daniela nos invita a nosotros, supuestos libre pensadores, a preguntarnos:
¿Por qué PERMITIMOS que nos digan CÓMO hay que SER PARA PODER SER?
¿Qué se esconde detrás de la búsqueda de la supuesta perfección corporal?
La otra historia, es la de los valores aparentemente en vías de extinción.
La otra historia, es la del injusto sufrimiento al que sometemos a nuestros jóvenes.
La otra historia, es la del silencio.
¡Daniela, una obra para darse cuenta a tiempo!
…
¡Especial para docentes! Daniela, la otra historia presenta la integración de las áreas: biología, psicología, derechos humanos, sociología, ética y salud, desde un enfoque de la vida integrada.
Recomendamos a posteriori de la lectura del libro, un debate coordinado por los docentes. Para el mismo, le regalamos como ayuda, una “GUÍA PARA DEBATES”*.
*Solicítela vía internet y se la enviaremos.
Querido diario:
Hoy lo viví con claridad. En la clase existen dos grupos muy bien delimitados: uno es el grupo de los piolas, los exitosos, los lindos (especialmente ellas), los que siempre están acompañados y por supuesto enormemente felices.
El otro grupo, al que yo pertenezco, es el de los tontos, fracasados, feos e invariablemente solitarios.
¡Qué no daría yo por pertenecer al grupo de los piolas!
No me atrevo ni a soñar con ser invitada a alguna de sus salidas.
No, con que sólo me saluden.
Con que sólo se den cuenta que existo… con que algún día noten que mi nombre no es «la gorda» sino Daniela.
¡Todo daría por ser aceptada!
¡Todo!
¡Hasta mi vida!
CAPÍTULO 2
– ¡Doctora Wercman! ¡Doctora Wercman! – llamaba el altoparlante del hospital – ¡Doctora Wercman, urgente preséntese en Emergencia!
– ¡Se le va el pulso! – gritaba un médico.
– ¡Disminuye la presión arterial! – agregaba – ¡Se nos va! …¡Vamos nenita linda! ¡Vamos, no te vayas! ¡Respirá! ¡Respirá…! ¡Fuerza carajo! ¡Dale, respirá!
¿Linda? ¿A mí me estaban hablando? Pensaba Daniela mientras luchaba contra la muerte.
¡Claro que no quería morir! ¡Eso era un malentendido!
– ¿Qué tomaste? – le preguntó el médico creyendo que no podría obtener respuesta alguna de Daniela – ¿Qué tomaste?
CAPÍTULO 3
– Che gorda, vos que sos buena en redacción, ¿no querés escribir la mía también? ¡Dale, es que tengo que ir a…!
…
– Eso es ser una buena amiga ¡gracias! – dijo la otra dándole un beso rápido en la mejilla – lo que pasa es que las chicas me esperan para salir y llego tarde.
¿Puedo ir? Quiso preguntar pero no se animó.
Eran las cuatro de la tarde y el timbre señalaba el fin de otro tortuoso día para Daniela. Otro día había pasado sin que ese terrible sentimiento de inadecuación la abandonara. Siempre, por lo menos en el colegio, se sentía como sapo de otro pozo.
Ya en la calle la invadía esa desagradable pero aliviadora sensación de anonimato. A nadie le importaba su presencia. Tampoco en el colegio, pero… nadie esperaría ser saludado o invitado en la calle, en cambio, en las largas horas de clase, nunca dejaba de esperar.
Esperaba un milagro.
Así como en los cuentos los sapos se convertían en gallardos príncipes al ser besados por la bella princesa, así esperaba Daniela convertirse en una agraciada señorita.
…
Con estos pensamientos llegó a su casa. Tiró las cosas del colegio sobre una silla y fue directamente a la cocina a prepararse la merienda. No sabía por qué, pero la tristeza siempre le daba hambre. Y mientras más comía, más triste se ponía.
Guía de Debate para docentes
Colección « Un paso antes » por Lic. Adriana Strupp
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